29 julio 2010

SER MUJER, VIVIR EN ESPAÑA Y NO MORIR EN EL INTENTO



por graciela vera
periodista independiente

En España la violencia de género se ha convertido en algo más que un drama que parece imposible detener.

Una muerte cada cinco días es un balance que reclama soluciones que no aparecen y que deja en descubierto la falta de posibilidades políticas y sociales para ponerle freno.

En el primer ámbito se insta a una denuncia que no hace más que dejar en descubierto las carencias para apoyar eficazmente a las mujeres amenazadas.

En lo social la defensa de los derechos se difumina entre lo cultural y el costumbrismo. Un minuto de silencio no es suficiente para acallar los rumores a la vuelta del minutero...”algo habrá hecho para que....”

Por otra parte la inmigración proveniente de culturas donde los derechos de las mujeres están disminuídos o totalmente vetados, se ha prendido a las raíces de una sociedad tradicionalmente machista.

Cincuenta y siete mujeres asesinadas en lo que va del año por sus parejas o ex parejas están diciendo que algo ha fallado en la España de la esperada igualdad.

Precisamente el Ministerio de Igualdad ha dado la alerta: el problema escapa de las generaciones adultas y cobra mayor gravedad al germinar entre adolescentes.

A partir de un estudio que tomó como base a 11.000 estudiantes con una edad media de 17 años se constató que el 13,1 por ciento de los chicos reconoce haber abusado ya, en algún momento de su pareja, mientras que sólo el 9,2 por ciento de las chicas se ha sentido maltratada.

Muchos más jóvenes de los que sería deseable justifican el machismo y el maltrato pero lo también grave es que las chicas no parecen reconocerlo.

El dato resulta aterrador teniendo en cuenta que se estaría perdiendo la perspectiva de una situación que está dando por traste con el tan pregonado cambio cultural.

¿Qué ha fallado en la educación de las nuevas generaciones?

Algo importante ha quedado olvidado por el camino. Una asignatura que se ha dictado tan mal que la libertad se ha entendido por libertinaje y la igualdad equivocadamente se conjugó como sinónimo de sometimiento.

Para muchos jóvenes la masculinidad sigue teniendo su base en el sexismo y la violencia.

La sumisión es considerada como un valor, tanto por varones como por mujeres adolescentes. Casi dos de cada diez chicos considera que si una mujer es maltratada por su pareja y no la abandona, es porque no le disgusta la situación.

Podríamos pensar que ninguna mujer se haría eco de semejante razonamiento. Nos equivocamos -y por eso nos preocupamos tanto- el 5,4 por ciento de las adolescentes está de acuerdo con ello.

Otro impresionante razonamiento en pleno siglo XXI y en un país occidental que se considera liberal, es que casi el diez por ciento de los varones y más del cinco por ciento de las mujeres que apenas han iniciado su vida sexual, está convencido que la mujer debe soportar la violencia doméstica sin denunciarla por el bien de sus hijos.

Más del 18 por ciento de los chicos encuestados está convencido de que los insultos a su pareja no son una agresión.

¿Cómo entonces asombrarnos de que el 32 por ciento de ellos y el 25 de ellas tolere el machismo?

¿Acaso puede considerarse normal que una de cada diez adolescentes sea maltratada por su pareja?

Quizás sea momento de comenzar a pensar qué parte de la sociedad está fallando porque ya no es un problema que ataña sólo a una generación.


Desde el sur del norte, provincia de Almería. Julio 2010



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22 julio 2010

LA OTRA REALIDAD AFRICANA








por graciela vera
Periodista independiente



El mundial de fútbol que acaba de finalizar en Sudáfrica dejó muchas cosas positivas, especialmente para mis dos países en materia futbolística pero terminada la euforia propia del momento, no puedo dejar de pensar que para la humanidad fue otra oportunidad perdida.

El mundo enfocaba sus ojos hacia el continente africano, pero apenas se logró que mirara un poco más allá de las fronteras del país anfitrión y es en ese más allá, donde África se retuerce sobre sí misma aullando de impotencia, el sitio del planeta que no queremos reconocer que existe y ¿que mejor forma de ignorar que negarnos a ver?

El África paupérrima, la de la gente que muere de inanición y sed, que se enfrenta sin medios a enfermedades erradicadas en el primer mundo, la de aquellos que prefieren arriesgar su vida y la de sus hijos, a seguir viviendo allí.

No es un tópico, es una realidad que nos abofetea cada vez que un grupo de desesperados llega a un país dónde, sin siquiera preguntarle por cuántos quedaron en el camino, inicia en forma inmediata un expediente de expulsión.

No importa si es España, si es Italia, Chipre o cualquier país que en su lejanía parezca cercano para los subsaharianos (los que viven en el áfrica al sur del Sahara).

¿Cómo sentir en nosotros, a través de nuestras comodidades cotidianas, la desesperación de esos desharrapados que sin ninguna esperanza y asiéndose al clavo ardiente de una falsa promesa, cohacionados, estafos y vejados, siguen la ruta desde el interior mismo del continente hasta la costa.

Los que han llegado superando el primer infierno serán siempre mucho menos de los que iniciaron el camino.

Frente a ellos está un mar azul que para sus ojos será tan negro como la oscuridad que esperan para tratar de cruzarlo sin ser descubiertos.

¿Cuántas embarcaciones salieron y nunca llegaron?, ¿Cuántos hombres, mujeres y niños murieron intentando alcanzar la costa?

Lo muertos se contabilizan por el número de cuerpos que son rescatados, pero los que esconde la tumba líquida, esos que nunca sabremos que existieron son los que impiden llevar un cómputo real de la tragedia.

En mi casa, en esta orilla del mar Mediterráneo encontré un sitio paradisiaco... ¡que lejos estaba de saber que el drama acechaba en las aguas y que, aunque físicamente no me alcanzara, los gritos de la impotencia, esos que no se oyen, me obligarían a escribir y volver a hacerlo y retornar a ello una y otra vez.

Hoy son los féretros blancos, sin nombre, de tres niños.... no fueron los únicos en éste naufragio de otra patera... no fueron los primeros ni serán los últimos... son las víctimas inocentes de la desesperación.

¿Escribir más?

No hay nada nuevo que decir...

¿o acaso es que hay tanto por decir que no se encuentran las palabras?

Palabras similares a las que ya escribí en el 2008 en:
http://sites.google.com/site/letrasvspalabras/eldramadelainmigraciónsubsahariana

y en el 2006:
http://www.uruguayinforme.com/news/10032006/10032006_gravera.htm

y ya lo decía en septiembre del 2003:
http://sites.google.com/site/letrasvspalabras/hacia-ninguna-parte-1

¿Qué más puedo agregar?, tal vez porque las palabras suenan algunas veces huecas quise que quienes están lejos de este drama lo vieran a través de la cámara de un fotógrafo

Yo sólo hago de intermediaria para mostrar la denuncia en la imágenes captadas por la cámara del fotógrafo Juan Medina:
http://sites.google.com/site/letrasvspalabras/tragediaenfotos

¿Harán falta muchas más instantáneas para tomar concienciade que África no termina en un mundial de fútbol?

Desde el sur del norte, en la provincia de Almería, julio 2010

15 julio 2010

LA ÚLTIMA PARODIA DE OTRO DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN




por graciela vera

periodista independiente



Para el ecuador del mes de julio, cuando buena parte de los españoles estaba de vacaciones y la otra se mantenía en la dormivela de la resaca post celebración de la obtención de la Copa del Mundo por la selección nacional, el Gobierno español tenía pre fijado el quinto Debate del Estado de la Nación.


Dos jornadas dónde el encuentro -o desencuentro- parlamentario dió para muchos titulares, pero no encontró soluciones a la grave situación en que se hallan los cuatro millones de parados muchos de los cuales ya no cobra ninguna prestación, ni los más de ocho millones seicientos mil pensionistas que verán reducido su poder -si es que lo han tenido- económico.


Un debate que como es común duró dos días y en el que no se dijo nada que no fuera ya sabido. Las mismas acusaciones y los mismos agravios.


En esta oportunidad, entre los políticos no han existido diferencias sustanciales (salvo situaciones extraeconómicas como la del Estatuto de Cataluña y el reclamo independentista del País Vasco), entre quienes encaraban sin miramientos la gestión del Gobierno, con críticas que llegaban en riadas tanto desde la derecha como desde la izquierda, provocando en filas socialistas un nerviosismo que fue imposible disimular.


Todos los grupos parlamentarios con excepción del Partido Socialista han reclamado un cambio radical en la economía española.


Si en otras instancias similares Rodríguez Zapatero había logrado resistir la acometida de la oposición, hoy la debacle ha sido imposible de camuflar.


La sospecha de que el Gobierno no sabe lo que debe hacer y continúa dando tumbos arrastrando el país hacia un profundo abismo, se ha convertido en una certeza sobre algo que parece imposible revertir.


Convoque elecciones, usted no está en condiciones de gobernar” le espetó el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, a un Zapatero sin credibilidad y al que el cataclismo que se le venía encima logró desestabilizar, aunque tratara de disimular sentimientos que en su rostro se representaban entre la ira y el desencanto y en sus respuestas apurara los últimos cartuchos tratando de justificarse reconociendo la situación: Sé perfectamente que he perdido confianza en estos dos años; pero... ¡ni que usted estuviera para echar cohetes en las encuestas!”


Buscando, sin éxito, cosechar simpatías entre los catalanes, Zapatero trató de ganarle al tiempo extendiéndose interminablemente sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña, incluso llegando a considerar la necesidad de un cambio en la Constitución para hacer factible la constitucionalidad del mismo. La realidad es que se enfrentaba a su mayor opositor que llegaba con un pie rozando la mayoría absoluta según las últimas encuestas y viendo como todos los que en algún momento le trataron con algo de benevolencia, en esta ocasión no escatimaron reproches ni dudaran en ponerse en la acera de enfrente.


Su tan habitual trabajo de distracción se daba de bruces contra un paro que supera en 21 puntos al de la media de la eurozona; una deuda record de la banca española con el Banco Central Europeo que llega a los 126.300 millones de euros, 78,6 por ciento más que el año pasado.


Así las cosas, por más que pareciera un aspirante al Record Guinness de hablar sin decir nada, delante suyo Rodríguez Zapatero tuvo permanentemente la sombra del vaticinio del Consenso Económico de PricewaterhouseCoopers*1 que pronostica una caída de la economía española en este año del 0,7 por ciento, más del doble de lo previsto por el Gobierno y una disminución del crecimiento que va del 1,3 por ciento esperado por éste para el 2011, a apenas el 0,02 por ciento.


Y mientras estos “problemas menores” sobrevolaban el hemiciclo, el Presidente rechazaba la propuesta de convocar elecciones anticipadas que se le hicieran por dos veces y, sin considerar siquiera la supresión de alguno de los, hasta ahora incomprendidos Ministerios de su Ejecutivo, ni de ahorrar un euro en hacer desaparecer altos cargos que los ocupan, no dudó en provocar el sudor de los españoles al anunciar que deberían hacer más sacrificios afirmando estar dispuesto a tomar las decisiones que España necesita “cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”.


Con este empecinamiento pensionistas, empleados públicos y parados siguen sin poder escapar del campo de tiro del gobierno ZP, mientras terminado el Debate del Estado de la Nación, como si se tratara de una justa deportiva se busca un ganador sin dar mérito al perdedor: todo el pueblo español.


Se entienden las palabras de Rajoy afirmando en un ocurrentel juego de palabras que El señor Rodríguez Zapatero condena la conducta del señor Rodríguez Zapatero y se dispone generosamente a salvarnos del señor Rodríguez Zapatero”.



*1 – Expertos en economía, mayor firma de servicios profesionales en el mundo


10 julio 2010

BANDERA DE ESPAÑA



por graciela vera

periodista independiente


No, no voy a loar ni a ésta ni a ninguna bandera. A las banderas (a todas) no es necesario ensalzarlas. Cada una es la más grande para quienes se sienten a su abrigo.

Voy a hablar de una bandera que más que representar el sentimiento de patria, es una divisa que congrega a los españoles detrás de éxitos deportivos pero que no los unifica como nación.

No puedo definir si el escaso apego a su bandera que muestra un porcentaje importante de españoles

está directamente relacionado con una historia demasiado larga y sin sentimiento de propiedad nacional; tal vez sea el escaso tiempo que hace que los españoles son ciudadanos por derecho. Los reyes no son el mejor soporte para compenetrar a la plebe con un estandarte.

El moderno reino de España, monarquía constitucional ha llegado quizás demasiado tarde para que las generaciones actuales reconozcan el símbolo y es posible que si no se toman medidas educativas responsables, las próximas tampoco lo hagan.

El auge deportivo de España en distintas disciplinas deportivas ha sacado a la calle banderas rojas y amarillas. La experiencia nos dice que pasado la euforia del momento éstas vuelven a guardarse como si se tuviera vergüenza distinguirlas.

Es más, en muchos casos en lugar de la bandera oficial se pasean banderas que han perdido el valor representativo de nación: la que luce el águila vigente durante la dictadura franquista, la tricolor de la Segunda República o la catalana de cuatro rayas rojas sobre fondo amarillo.

Hoy día España está literalmente vestida por su bandera. Miles de ellas cuelgan desde balcones, se agitan en medio de concentraciónes, se pasean en los más insólitos vehículos y hasta se llevan pintadas en gorros y camisetas y en el mismo rostro.

Para un observador desprevenido, el sentimiento de unidad patriótica podría ser inequívoco. Nada más fuera de la realidad.

Posiblemente estas miles de banderas sean arrinconadas hasta que otro triunfo en fútbol, tenis, automovilismo o cualquier otra actividad deportiva las requiera en la calle.

Es la diferencia entre euforia y patriotismo.

Obtener el campeonato del mundo de fútbol no es suficiente en esta España para sentirla como una nación indivisible.

Los regionalismos disfrazados de nacionalismos seguirán socabando la palabra constitución y la Constitución reclamando una revisijón que le dé a los españoles algo más que una ilusión deportiva para sentirse todos hijos de la gran España.

¿Y si se hiciera el milagro y la bandera española siguiera ondeando sin que nadie se avergonzara de quererla suya?

01 julio 2010

CELESTE Y ROJO



por Graciela Vera

periodista independiente


Quienes viven en un país al que quieren, y han nacido en otro país al que adoran, no tendrán problema alguno en entender este comentario.

Un comentario que pretende ser también una aclaración para no confundir a los amigos de ahora ni dejar perplejos a los de antes.

Reitero algo que he repetido muchas veces en los últimos años. Vivo una vida doble... con recuerdos de ayer... de allá; y de hoy.... de acá. Igual con los amigos, con la familia, con las pasiones.

Y entre esas pasiones, no podía ser “yoruga” de ley si no sintiera la del fútbol.

Y también en ésto me encuentro conque tengo dos amores... el de allá... los bolsilludos de Nacional y el de acá... los merengues del Madrid.

Y ahora que comienza un nuevo Campeonato Mundial de Fútbol, yo no puedo olvidarme que provengo del país donde en el año 1930 se jugó el primero de todos. Y no se nos dió ese honor por simple juego de azar.

Éramos grandes ya en fútbol, bicapeones del mundo en dos olímpicos cuando éstos tenían la importancia de mundiales.

Hoy, este año, estoy vestida de celeste y palpitando la roja. ¿o vestida de roja y palpitando la celeste?

Uruguay y España, España y Uruguay.

Con el grito de gol y la esperanza a flor de piel por uno y por el otro. No importa que el corazón palpite más o menos fuerte.... lo hace y eso nos dice que vivimos cada jugada.

Sudáfrica 2010. Y mi corazón estará el 11 en Ciudad del Cabo y el 16 en Durban y el 11 será celeste y el 16 rojo. Y desde ya pienso en que parte pesa más. Quisiera que ninguna, pero la historia sí, tiene su peso.

Uruguay con su selección celeste y sus dos títulos mundiales, el del 30 y el del 50. Una selección de fútbol que nos ha hecho llorar más que reir a quienes nos hemos visto fuera de los ultimos mundiales pero que en el recuerdo no deja de ser una de las más exitosas del mundo con títulos conquistados en diecinueve competiciones reconocidas por la FIFA.

¿Cuántos países pueden vanagloriarse como nosotros, los que tenemos la sangre del color del cielo?... Algunos, no lo niego pero la celeste ha tocado el cielo con aquellas dos ediciones olímpicas que nos hicieron el pasillo a la gloria del 30, y al otro mundial, el del 50; al mundialito, que es la copa de oro de los Campeones Mundiales, organizada también en Uruguay en 1980/81 y que se juega cada cincuenta años, en el 2030 la próxima, exacto a los cien años de nuestro primer título.

Y siguiendo podemos hablar de las catorce Copas América y de tener en nuestro suelo el único Monumento Mundial del Fútbol declarado como tal por la misma FIFA: el estadio Centenario.

Ahora vivo también la roja de España. Hoy por hoy la mejor de Europa. Ganadora de dos Eurocopas, en 1964 y en el 2008 y con una historia que recién apunta a despegar.

Como Uruguay, España también organizó un Campeonato Mundial, fue en 1982 cuando salió campeón Italia ¡Si yo recuerdo que en esa final como buenos descendientes de tanos, que la mitad de mi sangre lo es, pegaditos a una radio y desde el otro lado del mundo toda la familia tenía su favorita!

En los mundiales el mejor resultado español fue precisamente cuando el gran triunfo uruguayo. La obtención por la roja del cuarto puesto en el Campeonato Mundial de 1950, el que siempre evocaremos como el del maracanazo.

Hoy por hoy, los modernos medios de prensa apenas si recuerdan el oficio de los tipógrafos y ni siquiera guardan los caracteres tipográficos metálicos que tantan lata daban y como todo lo viejo parece que también las glorias se olvidan.

Por aquí Uruguay no figura entre los favoritos. España sí. Es lógico, estamos en España pero ¿realmente sería lógico si nos guiara la lógica?

En fútbol no se habla de ayer y de hoy... cada año es diferente. De los jugadores que lucen la celeste casi ninguno juega en su país. La mayoría de los que lucen la roja lo hacen.

Uruguay, con apenas tres millones de habitantes exporta cada año muchos excelentes jugadores de fútbol. España con casi cuarenta y siete millones, es uno de los países que los compra.

Soy uruguaya y soy española. Soy celeste y soy roja. Pero no lo dudo... quizás antes de escribir ésto llegué a pensar en que haría, pero ya puedo afirmarlo sin lugar a ninguna duda.... mi sangre roja tiene un potentísimo componente celeste.

Desde el sur del norte, en la provincia de Almería, junio 2010



BASURA, ¿LA GUARDAMOS O….?





Graciela Vera
Periodista independiente



Todas las actividades humanas generan residuos. Se considera basura o residuo a todo producto, material o elemento que después de producido, manipulado o usado ya no tiene valor para quién lo posee.

No todo lo que para unos es basura lo es para otros, pero lo cierto es que por día en las grandes ciudades de todo el planeta se catalogan como tal y por ende se arrojan a los vertederos, millones de toneladas de productos diversos.

Aún, y a pesar de que desde hace muchos años se nos viene machacando con la importancia de reciclar, no hemos tomado real conciencia de lo que representan los residuos. Por un lado polución en el planeta, por el otro, una fuente potencial de energía y materias primas que pueden aprovecharse mediante tratamientos adecuados.

Nuestro planeta está llegando al límite de su capacidad, ya no puede soportar toda la basura que acumulamos en él. En los últimos cien años, mucha de ésta se compone de nuevas materias primas que la naturaleza no es capaz de absorber y reciclar.

Buena parte de lo que se tira a la basura podría ser reciclable, falta aún conciencia medioambiental para que todos separemos los desperdicios antes de botarlos.

Dividimos los residuos en:

Residuos orgánicos: generalmente basura doméstica como restos de verduras, frutas, té, yerba, café, panes, carnes. Se degradan bastante rápidamente y contienen un 75% de líquido.

Papeles y cartones: son un tercio de los residuos botados. El papel se produce con pulpa de árboles y fibras vegetales. La industria de la celulosa es la mayor deforestadora del mundo por lo que su reciclado salvaría millones de árboles pero, además debe tenerse en cuenta que para obtener el papel blanco, la pasta de celulosa se trata con compuestos derivados del cloro que son altamente dañinos para el ambiente.

Vidrio: compone un 10% de los residuos domésticos; el vidrio se hace con sílice, una materia prima muy abundante en la naturaleza. Aunque es biodegradable éste proceso demora cientos de años. Como es un producto reciclable, su separación de otros residuos sería vital para ayudar a la naturaleza a mantener su equilibrio.

Latas: forman otro 10% de la basura doméstica, un porcentaje mucho más alto si nos remitimos a restaurantes y bares. Las latas de aluminio son grandes agresoras del medioambiente. El aluminio es una materia prima no degradable y puede durar por más de 500 años pero ésta es sólo una parte del problema. El aluminio se extrae de la bauxita, una roca blanca que se encuentra especialmente en bosques tropicales. Para extraerla se destruye flora y fauna a más de que su limpieza contamina grandes cantidades de agua. Es otro material que se puede reciclar y en lo que deberíamos poner todo nuestro empeño.

Las bacterias y hongos que en los basurales son los mejores aliados de la naturaleza, no siempre pueden, a pesar de su arduo trabajo, transformar y degradar todo lo que encuentran.

Elementos con apariencia inocente pueden no obstante convertirse grandes complicaciones para la conservación de la naturaleza.

¿Vertederos, plantas recicladoras?, no es fácil detener el proceso de contaminación a gran escala pero sí todos ponemos un poco de nuestra parte y los gobiernos se empeñan en lograr soluciones, es posible que en algo le demos una mano al planeta.

Hay otros materiales de desecho que resultan más preocupantes, si esto es posible; y lo es, no tentamos dudas porque están los conocidos como materiales altamente contaminantes, tales las baterías y las pilas que demoran más de mil años en desaparecer. La mayoría contiene mercurio pero las han también con componentes de cinc, cromo, arsénico, plomo y hasta cadmio. Estos materiales pueden comenzar a desintegrarse a partir de 50 años al aire libre pero no se disipan como agentes nocivos.

No escapan a esta categorización los teléfonos móviles y los elementos electrónicos.

Otros elementos problemáticos son los aerosoles, y no queremos ser reiterativos al hablar de las bolsas de plástico, los objetos de telgopor, un material que generalmente se tira sin más a la basura cuando lo retiramos de su uso habitual que es el de embalaje para electrodomésticos. Es un producto al que la naturaleza no puede destruir, con gran esfuerzo logra convertirlo en pequeñas moléculas.

Muy peligrosos son los materiales botados luego de ser utilizados en medicina nuclear pero también el millón de metros cúbicos de basura radiactiva generados por la producción de armas nucleares y los miles de toneladas de combustible utilizado en los reactores de las centrales nucleares y para los que hoy día no hay alternativas de almacenamiento totalmente seguras.

Los residuos radiactivos son un sinónimo de eternidad. No sabemos si nuestro planeta es eterno.

Aún queda otro tipo de basura que, no por estar fuera de los límites del planeta resulta inocuo para éste: la basura espacial.

La Tierra está rodeada de un anillo que aumenta anualmente a un ritmo de entre un 5% a 7%.
Se trata de satélites fuera de uso, restos de naves y cohetes lanzados desde la Tierra o incluso elementos perdidos por los astronautas como lámparas, bolígrafos o herramientas.

Pueden llegar a resultar un grave peligro para las naves espaciales.

En la órbita terrestre, en el fondo del mar, en el interior o sobre la tierra, la basura comienza a saturarnos y lamentablemente nos acostumbramos a convivir con ella con más facilidad de lo que el Planeta lo hace.


DEBACLE



graciela vera

periodista independiente


En menos de una década he podido observar la destrucción de un país.

No lo devastan ni agentes externos ni luchas fraticidas.

Ni siquiera la grave crisis económica que le afecta podría llegar a hacerle tanto daño a su estructura como nación, como el que ha venido soportando durante los últimos seis años la que había llegado a ser conocida como la próspera España.

No resulta una experiencia agradable verse reducido a mero observador de su decadencia.

El inicio de la debacle pasó desapercibido para la mayoría de los españoles que creyeron estar frente a lo que consideraron tan sólo excentrincidades con mucho de bufonadas de una clase dominante que no se caracteriza, precisamente por sus dotes de estadista.

Primero se premió a todos, las corporaciones, clanes, camarillas o colectivos afines a la ideología en el poder. Una ideología saturada de rencores y envidias impuestas a las masas de fácil manipulación y que fue avasallando principios, derechos y Poderes.

El coctel perfecto para oradar profundamente el corazón de lo que ahora sabemos, es una mal asentada democracia, porque su llegada no fue acompañada por el raciocinio y el leal compromiso partiadario.

Los padres de la moderna España no lograron erradicar los odios fraticidas y no se necesitó más que una Presidencia incompetente para que se abriera la Caja de Pandora.

En España se vuelve a poner en peligro el futuro de la democracia.

La universalidad de la crisis económica se ha convertido en la máscara tras la que se pretende ocultar el desmembramiento de los valores que sostienen la nación.

La interpretación torticera del término libertad, más allá de pretender ocultar ambiciones personales y enfermedades políticas, se ha convertido en una nueva caza de brujas, sólo que en esta oportunidad los brujos no son seres individuales sino instituciones y dogmas que representan a muchos miles y que tiene por bandera a la dignidad humana.

Los mandamás de turno no dudaron en manipular el dolor para llegar al poder.

Hoy por hoy el albedrío, la civilidad, la religión, la disparidad y el odio, han sido astutamente mezclados en un mismo perol, logrando amalgamarlos en un único y prefijado objetivo: debilitar la democracia y allanar el camino hacia el desorden genérico.

El primer paso está dado: la desconfianza entre españoles que ha conenzado a abrir brechas en su ya desestabilizada unificación.

España no ha aprendido la lección, o las reiteradas lecciones de su historia. Su gente camina apresuradamente hacia otra enorme piedra. El tiempo se agota para que aparezcan los valedores que eviten el nuevo tropiezo